Tengo muchos proyectos estacionados por una excusa en común: la de “no tengo tiempo”.
Hasta hace un par de años me encontraba compaginando mis estudios universitarios y mi papel de mamá de tiempo completo y única cuidadora de mis hijos, ya que por cosas del destino y decisiones que tuve que tomar, me convertí en la cuidadora al 100% de sus necesidades (apoyada de mi esposo en cuestiones económicas) y estacione cualquier sueño o inquietud profesional que tenía para ser mamá a tiempo completo y, como lo dije antes, terminar mi carrera.
El tiempo ha pasado. Ese recurso inmaterial e invaluable ha seguido su curso y mi manera de ver la vida también. Sigo siendo la mamá presente, pero que quiere poner en marcha los sueños que estaban parados. Estos sueños que junto conmigo han evolucionado.
Sin embargo hay una constante que no ha cambiado mucho, la “poco genuina“ falta de tiempo. Créanme que en mi cabeza lo tengo todo claro, voy un paso adelante, pero en mi realidad sigo luchando por conseguir hacer más eficientes mis días y aprovechar cada segundo.
¡Hay una buena noticia! Estoy viendo cambios en ese sentido, pues desde que puse “la falta del tiempo” en la mesa como prioridad y comencé a exteriorizar mis razones (a mi misma y a los que me rodean) con el paso de las semanas he logrado ver un gran cambio y mi mente funciona de manera más clara respecto al aprovechamiento de mi día.
En otro post les platicaré (aunque nadie me lo pida 😂) más a detalle lo que he hecho para ir logrando ser más organizada y sacar tiempo de donde no lo veia antes. Eso si te digo, que se trata de prioridades y de aclarar la mente.
Gracias por leerme!!
Hasta hace un par de años me encontraba compaginando mis estudios universitarios y mi papel de mamá de tiempo completo y única cuidadora de mis hijos, ya que por cosas del destino y decisiones que tuve que tomar, me convertí en la cuidadora al 100% de sus necesidades (apoyada de mi esposo en cuestiones económicas) y estacione cualquier sueño o inquietud profesional que tenía para ser mamá a tiempo completo y, como lo dije antes, terminar mi carrera.
El tiempo ha pasado. Ese recurso inmaterial e invaluable ha seguido su curso y mi manera de ver la vida también. Sigo siendo la mamá presente, pero que quiere poner en marcha los sueños que estaban parados. Estos sueños que junto conmigo han evolucionado.
Sin embargo hay una constante que no ha cambiado mucho, la “poco genuina“ falta de tiempo. Créanme que en mi cabeza lo tengo todo claro, voy un paso adelante, pero en mi realidad sigo luchando por conseguir hacer más eficientes mis días y aprovechar cada segundo.
¡Hay una buena noticia! Estoy viendo cambios en ese sentido, pues desde que puse “la falta del tiempo” en la mesa como prioridad y comencé a exteriorizar mis razones (a mi misma y a los que me rodean) con el paso de las semanas he logrado ver un gran cambio y mi mente funciona de manera más clara respecto al aprovechamiento de mi día.
En otro post les platicaré (aunque nadie me lo pida 😂) más a detalle lo que he hecho para ir logrando ser más organizada y sacar tiempo de donde no lo veia antes. Eso si te digo, que se trata de prioridades y de aclarar la mente.
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