Procrastinar es lo que venía haciendo todas las mañanas el tiempo que han durado las vacaciones de mis hijos.
Procrastinar significa aplazar una obligación o un trabajo. Y es difícil lo entiendo dejar de hacerlo. A veces perdemos el rumbo. Evadimos responsabilidades, las dejamos para el final y las hacemos a medias. Solemos hacernos promesas, tenemos sueños y no los cumplimos porque no nos ponemos en acción.
Pero podemos activarnos con ciertas actividades sencillas que nos permiten ponernos en marcha con la práctica constante de estas. Cómo por ejemplo poner un a alarma en nuestro celular que suene en 15 minutos y nos enfocaremos en hacer una actividad lo mejor que podamos en ese tiempo y así una o dos veces al día, cada día. Así de poco a poco habrás realizado esa actividad importante sin darte cuenta.
Algo que me está funcionando es volver a mi agenda y escribir todas las mañanas lo que tengo y deseo hacer ese día. Si la flojera llega, me obligo a hacerlo. La sensación de poder palomear una actividad realizada es muy gratificante.
Con el tiempo no te darás cuenta que haz dejado de ser una persona que deja para después las cosas. Te volverás una persona determinada y capaz. Es cosa de trabajar en ello cada día.
Ánimo y trabajemos por ser mejor de lo que éramos ayer!!
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